La contratación pública tradicional está evolucionando hacia un nuevo escenario, donde la Compra Pública de Innovación (CPI) ofrece a los gobiernos una nueva vía para adquirir soluciones novedosas e inexistentes que abordan problemas o necesidades actuales que no pueden ser satisfechas con soluciones comerciales.
Si bien antes las empresas o los intermediarios del conocimiento eran quienes determinaban las soluciones a las necesidades gubernamentales, el instrumento de Compra Pública de Innovación transforma a la administración en un impulsor de la innovación (promoción desde la demanda), y estos operadores se convierten en agentes que colaboran activamente con la administración en la definición de soluciones para abordar las necesidades o desafíos actuales.
Este instrumento busca incentivar la contratación pública por parte de pymes, emprendedores y/o empresas innovadoras, transformando la administración en un entorno propicio para el desarrollo y la operación de nuevos productos y servicios tecnológicos, reduciendo la brecha de mercado para estas empresas y fomentando el avance tecnológico en el sector industrial.
La CPI actúa como un instrumento impulsado por el mercado porque la contratación se acompaña de una demanda real y efectiva, con demandas específicas tanto del gobierno como de las empresas o intermediarios del conocimiento. Por lo tanto, tener un "primer cliente" actúa como catalizador, estimulando el mercado y generando una mayor demanda de productos y servicios innovadores en el sector público.
Con la CPI, el modelo de subvenciones se transforma en un modelo de contrato público, donde el público actúa como el primer cliente. ¡No me subvencionen, cómprenme!


